Aprovechando el día, voy a contarles un poco de cómo me acerqué al feminismo.
Privilegios
Soy una persona privilegiada. Nací en México y si imaginamos la vida como un videojuego, esto me pone en un nivel de dificultad media. Dentro del país, siempre he vivido en la Ciudad de México, lo que me sigue colocando en un nivel medio de dificultad.
Si bien soy mujer, lo que añade un poco de dificultad al juego, soy blanca, con frecuencia la más blanca en un grupo de personas. Esto me da muchos privilegios de los que no soy consciente, pero que sé están ahí.
También soy hija única y aunque mi familia está muy lejos de funcionar como una familia de película en donde hay un cabeza de familia, la que siempre ha mandado ha sido mi mamá, así que de alguna forma mi entorno familiar siempre ha estado marcado por un liderazgo femenino. Además de mi mamá, la otra mujer importante en mi vida es mi vecina, quien era como sinónimo de conocimiento absoluto cuando era niña (quiero decir, la mujer sabe como 5 idiomas, estudió química, sabe tocar al menos 6 instrumentos, hizo gimnasia, da visitas guiadas y se presenta como maestra de primaria; si eso no es ser badass no sé que lo sea).