The Hobbit: The Battle of Five Armies
Peter Jackson
Nueva Zelanda. USA. 2014
New Line Cinema. Metro-Goldwyn-Mayer. WingNut Films
Fantasía. Aventura.
Adaptación de El Hobbit de J.R.R. Tolkien.
144 minutos
Cuando reclamaron su patria al dragón Smaug, la Compañía desató sin querer una fuerza malvada en el mundo. Furioso, Smaug descarga llamaradas de ira sobre los habitantes indefensos de Ciudad del Lago. Thorin, consumido por la obsesión de reclamar su tesoro, sacrifica la amistad y el honor mientras los frenéticos intentos de Bilbo por hacerle entrar en razón llevan al hobbit a tomar una decisión arriesgada y peligrosa; pero las amenazas que les esperan son aún mayores. Sauron, el mayor adversario de todos, ha enviado legiones de orcos a un ataque furtivo en la Montaña Solitaria sin que nadie se entere, salvo el mago Gandalf. A medida que el mal se cierne sobre su creciente conflicto, las razas de los enanos, los elfos y los hombres tienen que decidir si aúnan sus fuerzas o se abandonan a la destrucción. De repente, Bilbo tiene que luchar por su vida y la de sus amigos en la épica batalla de los cinco ejércitos, mientras el futuro de la Tierra Media pende de un hilo.
Después de una larga espera, por fin llegó la última parte de
El Hobbit, y claro, yo corrí a verla. En líneas generales, me gustó, y sin duda es la mejor de la trilogía, pero aunque me gustó bastante, no me dejó satisfecha.
La película comienza justo en donde terminó la
anterior, con Smaug atacando a la gente del lago. Smaug es sólo una parte de la película, y su trama concluye rápidamente para dar paso a Gandalf y el Señor Oscuro y culminar con la batalla. Así, la película queda
dividida en tres bloques. Aunque los tres mantienen un buen ritmo,
no se sienten como una unidad; es como si fueran tres historias distintas, fallan en conectarse entre sí de forma natural.