domingo, 17 de febrero de 2019

Cosas que me hubiera dicho a mí misma antes de dedicarme a la ciencia

El 11 de febrero es el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, con motivo de ello El País publicó esta nota de su archivo y después de leerla, pensé que era buena idea hacer mi propia lista de las cosas que me hubiera dicho a mí misma antes de dedicarme a la ciencia.

Mi lista va a estar dividida en tres.

Ser mujer rodeada de hombres

1. Los hombres no saben tanto como aparentan, sólo tienen más confianza
Pasé mucho tiempo sintiéndome mal porque yo no sabía tanto como los demás, porque se me dificultaban las cosas más que a mis compañeros. Y es que era hablar con ellos y escucharlos y decir "no ma, en serio son muy buenos, ¿qué hago aquí?". Me tomó varios semestres darme cuenta de que no es que ellos fueran más inteligentes que yo y por eso siempre participaran más, era porque ellos tenían más confianza en sí mismos. Las calificaciones no lo son todo, pero me ayudaron a darme cuenta de esto, porque mientras que ellos, que tanto sabían, sacaban siete u ocho, yo sacaba nueve.

2. Sin embargo, hay quienes de hecho sí saben mucho
No solo hombres, pero en este caso sí estoy hablando de ellos. Quienes más saben son quienes menos presumen que saben y siempre, siempre, te van a explicar, porque (al menos en mi caso y para mi buena suerte) son quienes más dispuestos están a hacerlo y a veces tienen una paciencia infinita.

3. Vas a estar rodeada de machismo
Aun cuando ellos tuvieran las mejores intenciones, sería mentir decir que no eran (son) machistas. En ese entonces no me daba cuenta de muchas cosas, y tal vez era mejor así, porque de haberlo hecho me hubiera costado mucho lidiar con ellas. O tal vez la vida hubiera sido más sencilla. Quién sabe.

En general, yo siempre he tenido suerte con la gente con la que me he relacionado. Las mujeres son una historia que ahorita no voy a tocar, pero en el caso de ellos, creo que la mayor parte del tiempo me he encontrado con hombres muy decentes, que aunque machistas por el propio entorno en el que estamos, nunca intentaron pasarse de listos ni tratar en verdad mal a una mujer.
Cuento más del machismo durante la carrera por aquí, si es que les interesa.

4. No tienes que elegir entre ser one of the guys y ser femenina
Dioses, esto es lo que en verdad me hubiera gustado saber en ese entonces. Es tan importante como el primer punto, si no es que más. Y es que con el afán de pertenecer, de sentir que encajaba con los físicos, dejé de lado cosas que ahora sé que me gustan mucho. Por ejemplo, antes ni muerta hubiera admitido mi amor a Madonna, porque canta pop, es música para niñas.

Audaz de mi parte haber pensado que la música tenía género.

En ese entonces, jamás me hubieran encontrado vistiendo rosa, porque más allá de que mi historia con el rosa es complicada y va más allá de que es color de niñas... pues era color de niñas (spoiler alert: hago miércoles rosa desde hace dos años).

Lo mismo aplica a cualquier otra cosa que en ese entonces pude haber considerado girly: cómo iba a usar/aficionarme a esas cosas tan, tan, ¡tan femeninas! Si yo era mejor que eso y no importaba que de hecho pudieran gustarme.

(x)

Salud mental

1. Está bien pedir ayuda
Ah, bendito orgullo, que siempre hace de la vida algo más interesante y complicada de lo que debería. Cuesta pedir ayuda, cuesta admitir que necesitas que te ayuden ya sea a entender algo o cualquier otra cosa. En parte tenía que ver con el machismo (¿cómo voy a pedir ayuda como si fuera una mujer normal si soy mejor que eso?), en parte en serio era por orgullo. Pero está bien pedir ayuda y siempre va a haber alguien dispuesto a explicarte, a estar contigo, a levantar tu cabello mientras vomitas por haber tomado demasiado, a apoyarte cuando sea que lo necesites. Para eso son les amigues.

2. Está bien equivocarse
A veces me bloqueaba mientras resolvía ejercicios porque no me salían a la primera, porque me equivocaba mucho. Pero es un proceso, y me hubiera gustado que alguien me dijera que estaba bien cagarla, no sólo académicamente, sino en mi vida personal. Me hubiera evitado mucho estrés.

3. Admite la ignorancia
No lo tengo que saber todo. Está bien no saberlo todo. Y esto es algo que apenas pude procesar bien hace casi un año, cuando un doctor que admiro mucho y que es de los mejores en su campo, me dijo que él no sabía muchas cosas, que él pedía ayuda, y que estaba bien, porque él no había estudiado tal cosa y era nuevo en tal área. Fue cuando en verdad me cayó el veinte de que nadie lo sabe todo, porque nadie lo ha estudiado todo.

4. Estar bien emocional y mentalmente es tan importante como estar bien físicamente
En la vida no todo es académico o laboral. Vale la pena detenerse unos momentos y tomarse un tiempo para descansar y estar bien. No vale la pena obligarte a hacer cosas sin antes haber arreglado tus pedos mentales.


Ciencia

1. No especules
Esto es algo que me la paso repitiendo últimamente y que mi tutor me dijo durante el año pasado. Parece que las cosas son de un modo pero, ¿qué pruebas tienes?, ¿estás segura de que no estás especulando? Y es algo que se puede extrapolar de los experimentos a cualquier otra situación: siempre necesitas pruebas y demostraciones para creer algo.

2. Cree en el experimento
De esta lista, probablemente esto es de lo que más rápido me di cuenta. Sí, la teoría te puede estar diciendo una cosa, pero el experimento es el que manda y si el experimento te dice algo distinto, no hay que cucharearlo solo para que encaje con lo que crees que debe ser. Básicamente de esto salió la mecánica cuántica.

Y a pesar de ello, hay muchos físicos que odian la experimentación y la creen inútil. Pero no: ciencia sin experimentos es ciencia ficción y , lo que es más, sin experimentos, la teoría se vuelve teología.

3. La ciencia es un acto de fe
A pesar de lo anterior, la ciencia está construida en axiomas y debemos creerlos sin cuestionarlos mucho o te empieza a doler la cabeza. A pesar de lo que dije antes, la ciencia y la religión se parecen más de lo que a muches científiques nos gusta admitir.

4. La ciencia es ciencia
La ciencia es imperfecta porque la hacemos nosotres y forma parte de la sociedad (y quien diga lo contrario está mintiendo). La ciencia no es mala, pero puede usarse para hacer cosas terribles. La ciencia se parece a la magia.

5. Usa LaTeX
LaTeX es un procesador de textos que es hermoso y es lo mejor del mundo mundial. Durante años los físicos me insistieron en que debía usarlo, pero yo era terca y quería llevarles la contraria, así que me negaba y seguía con Word. Además de que no les creía mucho, la verdad.

Y cuando por fin lo usé, oh, dioses, cambió mi vida. Debía haberles hecho caso mucho antes. Tenían razón.

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